"Las brujas de la noche" soviéticas
El 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno de la antigua Unión Soviética estaba compuesto exclusivamente por mujeres. No eran simples mujeres aviadores, este regimiento, que en 1943 pasó a llamarse como Regimiento «Tamán», aterrorizó a los soldados nazis desde 1942 hasta la finalización de la II Guerra Mundial gracias a su poder de ataque por la noche.
Por esto, el continente durante la contienda se las bautizó como las «brujas de la noche», un auténtico tormento para los aviadores alemanes que incluso llegaron a creer que tomaban medicamentos especiales para tener una visión nocturna más avanzada que el resto de aviadores de la época.
Marina Raskova
Alemania había puesto en marcha la Operación Barbarroja en 1941 que cogió desprevenidos a los rusos y se vieron sorprendidos por la superioridad técnica y militar de los alemanes. La conquista de la URSS podría ser cuestión de tiempo una vez que los ejércitos de Hitler se adentraran en las frías tierras rusas.
Ese mismo año, Stalin, desesperado ante el ataque enemigo, decretó que las mujeres rusas debían participar en la guerra. La respuesta fue más que notable, sobre todo en una época de la historia donde las mujeres eran las encargadas de cuidar a la familia ante la ausencia de los hombres que se dirigían a la guerra.
Más de un millón de voluntarias respondieron a Stalin y se alistaron en las tropas rusas como francotiradoras, zapadoras y tanquistas.
Entre estas mujeres se encontraba Marina Raskova, una mujer intrépida para la época, que ya había protagonizado algunos récords en el país en vuelo sin escalas, cuando logró llegar desde Moscú a Oriente a bordo del ANT-37 «Rodina».
Esto la hizo muy popular y, sobre todo, la puso en contacto con Stallin. Gracias a sus conexiones y amistad con el dictador ruso, Marina Raskova propuso crear un regimiento militar aéreo solo de mujeres. Al principio, la plana mayor rusa rechazó por completo a esta idea, aunque, cuando comenzaron a recibir solicitudes de mujeres para alistarse, la idea comenzó a coger fuerza entre Stalin y los suyos.
Tres regimientos de mujeres aviadoras
Ante la falta de personal y las miles de solicitudes recibidas, Stalin accedió para crear tres regimientos femeninos de combate aéreo. Serían las divisiones 586, la 587 y la 588, que se convirtió en la más famosa por sus bombardeos nocturnos.
Fueron reclutadas unas 115 mujeres, todas voluntarias de entre 17 y 22 años a las que obligaron cortarse el pelo para asemejarse a sus compañeros hombres que ya batallaban en la II Guerra Mundial.
Recibieron un entrenamiento intensivo de seis meses y después unos viejos aviones de los años veinte que normalmente ya no se usaban para la guerra, sino para fumigar y para entrenamiento. La realidad es que Stalin y los cuerpos de élite rusos no confiaban demasiado en estos cuerpos femeninos, por lo que no quisieron arriesgar sus aviones más sofisticados para que fueran derribados en batalla a las primeras de cambio.
Su primer vuelo lo realizarían el 12 de junio de 1942 en unos aviones en los que casi ni ellas mismas entraban. No tenían bodega y, al llevar dos tipos de explosivos, muchas debían llevarlo en el regazo.
Con todas las inclemencias, este grupo de decididas mujeres rusas, se convirtieron en un auténtico quebradero de cabeza para las tropas nazis de la II Guerra Mundial.
Nachthexen, las brujas de la noche
La idea salió bien para la URSS. Este regimiento comenzó a realizar sus ataques de noche, cuando eran casi indetectables llegando a realizar entre 10 y 15 salidas en una noche.
Los alemanes contaban que el ruido que producían sus aviones, los Polikarpov, cuando las alas rozaban el aire, era parecido al de una escoba, por eso las llamaron las «brujas de la noche». Fue tanta la repercusión que tuvieron en la Alemania de Hitler, que el Führer emitió una orden donde se le concedería la cruz de hierro al valor a cualquier aviador alemán que derribara a una «bruja».
Corrió la voz rápidamente por Europa. Los alemanes difundieron el rumor de que los rusos las medicaban para tener mejor visión de noche con una medicina experimental. Lo cierto es que Hitler y los nazis, no eran capaces de admitir de que un equipo de mujeres estuvieran sacando los colores a los mejores aviadores del momento del país.
Reconocimiento olvidado
A pesar de su enorme labor, las aviadoras rusas sufrían la discriminación propia de la época hacia las mujeres. Su propios compañeros las llamaban «muñecas», y tenían que probar sus habilidades constantemente para recibir un reconocimiento inferior a los hombres.
Después de que finalizara la II Guerra Mundial, las 32 pilotos que murieron en el frente, entre ellas Marina Raskova, fueron enterradas en el Kremlin y, algunas como Raskova, recibieron a título póstumo, la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.
Pero, a pesar de que su labor fue reconocida y conocida por las naciones europeas que participaron en el conflicto, aún a día de hoy, son muchas las pilotos que no consiguieron el reconocimiento merecido, sobre todo las menos famosas que también combatieron en el frente, sin pertenecer a las «brujas de la noche».
Fuente: okdiario
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